El Paraigua

1902

El Paraigua es un ejemplo de bar que no es de origen modernista, sino que se trata de un espacio, abierto en 1968, que reaprovechó y readaptó toda la decoración de una tienda modernista fundada a principios del siglo XX. Esta tienda, denominada Gallés, se dedicaba a la venta de paraguas y abanicos, y se encontraba en la calle Arcs número 5 hasta 1967, momento en que se decidió derribar el edificio y, por tanto, se tuvo que trasladar el establecimiento. Las noticias de que se dispone sobre la tienda son escasas, y aunque se conoce la fecha de fundación, 1902, se desconoce quiénes fueron sus responsables. En esta página reproducimos la antigua fachada.En el año 1966, el propietario de la tienda vendió al decorador y escenógrafo Josep M. Espada la decoración del establecimiento. Todos los elementos ornamentales fueron desmontados pieza a pieza y, a partir de aquí, Espada realizó un nuevo diseño para adaptarlos a un local más pequeño, cercano a la plaza de Sant Jaume, destinado a ser un bar. Los hermanos Yagüe fueron los encargados de restaurar todas las piezas de madera de boj y adaptarlas estructuralmente a su nuevo espacio.

Antes de entrar en el establecimiento, lo primero que destaca es el portal de acceso, ya que lo que ahora son los paneles de los dinteles fue, en origen, el rótulo de la tienda de paraguas (y si miramos con atención, todavía se puede ver marcado en la madera el número de la calle en la que se encontraba la tienda). En otras partes del establecimiento, especialmente en los paramentos de vidrio, se repite un motivo que nos recuerda de dónde procede la decoración: dos paraguas y un abanico.

Toda la ornamentación de origen modernista, desde la barra hasta el techo, pasando por las lámparas y los apliques, se encuentra en el primer espacio del establecimiento, en la planta baja. La parte inferior de la barra, completamente de madera, se realizó a partir de los paramentos que coronaban las vitrinas en las que se colocaban los paraguas. Por otra parte, para hacer el techo, se aprovecharon las puertas correderas que cubrían unos cajones en los que se guardaban los estantes expositores de los abanicos de la tienda. De igual modo se procedió con los arrimaderos de las paredes, que, en este caso, tenían una función similar en origen, y con todos los marcos de los espejos que cubren las paredes del bar. Es decir, se redecoró un espacio de dimensiones mucho más pequeñas, sobre todo en altura, con la decoración totalmente desmontada de la tienda original, por eso se repiten los motivos en diferentes partes de las paredes o las puertas, porque las piezas se iban colocando teniendo en cuenta sus dimensiones para no tener que hacer más modificaciones de las necesarias.

En la mayoría de las piezas se repiten dos motivos ornamentales: por un lado destaca una decoración de líneas onduladas, rematadas en los extremos con motivos florales, y, por otro, una ornamentación más naturalista con entrelazados de flores y hojas. Respecto a la iluminación, se combinan lámparas modernistas originales con apliques, algunos diseñados por el decorador Espada en los años sesenta.

La inauguración del nuevo bar El Paraigua tuvo lugar el 5 de abril de 1968, y sus fundadores, junto con el propio Josep M. Espada, fueron J. M. Segarra y E. Vila Casa. En el año 1969 entró a trabajar J. M. Sánchez, un andaluz de Cádiz que había llegado a Barcelona tres años antes; en 1972 ya se convirtió en socio y a partir del año 1995 y hasta la actualidad es el propietario, junto con su mujer, Sebastiana Guerrero.

En los años ochenta, se decidió ampliar el local habilitando un sótano con bóvedas de origen medieval (parece ser que era la bodega de un antiguo convento), espacio que acoge una elegante whiskería coctelería, ambientada con una cuidada selección de música clásica. El Paraigua es un sitio tranquilo para ir a cualquier hora del día y tomar un café o disfrutar de un buen cóctel, entre una oferta de una cincuentena, con o sin alcohol, entre los que encontramos, por ejemplo, “El Paraigua”: un cóctel semi preparado a base de cava, tequila, drambuie y zumos de limón, naranja, piña, melocotón y grosella. Para los no iniciados, vale la pena dejarse aconsejar por la profesionalidad del barman que, sin duda alguna, sabrá encontrar el cóctel más adecuado para cada situación y momento del día.

Aunque la especialidad sea la coctelería, El Paraigua también nos ofrece una amplia carta de vinos, cavas y licores, así como la posibilidad de picar algo a cualquier hora del día con un surtido de productos del país, sencillos pero de excelente calidad: desde una tortilla de patatas o un chorizo curado hasta los canapés, que podemos elegir en la barra. Los menús ofrecidos con su propia selección de tapas cuestan entre 35 y 40 € de media, con bebida, postre y café incluidos.

El Paraigua está abierto a actividades culturales: el sótano acoge habitualmente exposiciones de pintura y, cada lunes por la noche, se celebran tertulias cuyo programa se puede consultar en la página web. Asimismo, está abierto a acoger otras actividades sociales o pequeñas celebraciones particulares; para más detalles, contactar con la dirección.



Horarios

de dilluns a divendres de 9 a 2h, dissabtes
de 18 a 3h. Diumenges tancat



Más información

Bar cocteleria
Tel.: 93 302 11 31 i 93 317 14 79
www.elparaigua.com


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