Josep Roca i Tudó, nacido en Copons en 1883, llegó de joven a Barcelona, en donde trabajó como camarero en varios bares de la ciudad antigua, hasta que, en 1909, compró un local en el número 34 de la calle Nou de la Rambla (en aquel entonces la calle se llamaba Conde del Asalto). En él inauguró un bar al año siguiente (el 23 de junio de 1910), que decoró con un lenguaje modernista de talante popular. Se ignora quién fue el diseñador; únicamente han llegado hasta nosotros los nombres de algunos de los trabajadores que eran conocidos y amigos de Josep Roca y que quisieron participar en la decoración: Pedrerol como carpintero, Xampanyer como pintor, y otros ebanistas, marmolistas y yeseros que formaron un equipo. A la muerte del fundador, el local pasó a manos de una de sus hijas, Dolors Roca, y de su marido, Pere Bertran. La propietaria actual sigue siendo un miembro de la familia del fundador, su nieta Elionor Bertran, que se hizo cargo de la dirección del bar en 1976 junto con su marido, José Antonio Alabalá.
A lo largo de los años, el bar ha conservado su interior. En un primer momento, no todo el local se utilizaba como bar ni tampoco fue decorado de la misma manera. La decoración modernista ocupaba un poco más de la mitad del establecimiento, y era el bar propiamente dicho: el salón interior, carente de esta decoración, se destinaba a actividades artísticas y culturales y, a partir de la Guerra Civil, fue utilizado como lugar de ensayo por artistas de circo. Actualmente los dos espacios están integrados en un único local y el salón interior cuenta con un escenario para actuaciones.
La puerta de acceso ya nos indica que se trata de un bar diferente por todo el enmarcado de madera con el nombre en el centro. Durante la posguerra el régimen franquista obligó a castellanizar todos los nombres catalanes y extranjeros de los establecimientos, pero el del London no se destruyó, simplemente se tapó y así se ha podido conservar. Del interior destaca el aparador, tan característico en todos los establecimientos de aquel entonces, con un espejo de fondo, de líneas curvas entrecortadas por flores y rematadas por volutas con decoración vegetal. Toda la madera está pintada de color crema combinado con el dorado en los adornos y líneas. Esta misma ornamentación se repite en un arco que se encuentra en la mitad de este primer tramo del bar, donde aparece el nombre del local y también la volvemos a encontrar en la puerta de acceso al segundo salón, aunque ésta fue realizada en época más moderna. La primera barra, la única que había en origen, es de mármol de colores con flores talladas en la parte superior, motivo que también aparece en el arrimadero del primer tramo original del establecimiento.
Desde el primer momento, el London ha sido frecuentado por gente del mundo del circo, ya que en la misma calle estaban instalados la mayoría de los agentes de circo, teatro y espectáculos en general de la ciudad. Además, estaba abierto las veinticuatro horas del día, con lo que, tarde o temprano, toda la bohemia de la ciudad se pasaba por allí. Todos los elementos decorativos conservan el espíritu de un bar de principios del siglo XX, donde se reunían jóvenes artistas como Miró, Picasso o Gaudí, y mucha gente de las artes y especialmente del circo, recuerdo evocado aún hoy en día por el trapecio que cuelga cerca de la entrada.
El London Bar no posee la atmósfera tranquila de un antiguo café, porque precisamente nunca lo ha sido, sino que más bien ha sido y sigue siendo un punto de encuentro de personas con inquietudes culturales. En la actualidad, gran parte de la clientela sigue siendo gente del mundo del arte, en el más amplio sentido, que va allí a charlar, a escuchar música o incluso, en alguna ocasión, a hacer alguna demostración espontánea en el trapecio. Sus propietarios suelen estar abiertos a realizar todo tipo de actividades culturales, desde las tradicionales tertulias o exposiciones hasta alguna propuesta innovadora. Pero la actividad más popular en la actualidad, y desde los años setenta, es la música en vivo; por su escenario han pasado artistas tan conocidos como Loquillo, Jarabe de Palo o la Fundación Tony Manero. Cada día hay un concierto de algún tipo de música: desde jazz hasta canción de autor, pasando por el rock y el funky (a partir de las 0.30h, con consumición obligatoria). En su web se pueden consultar los conciertos del mes.
Se trata de un local muy relajado a primera hora de la tarde, totalmente lleno en los conciertos y animado hasta bien entrada la madrugada. Un ambiente joven, catalán, pero también muy conocido entre los extranjeros, abierto a todo tipo de gente, lo que facilita que cualquier persona pueda encontrarse a gusto en él.
Actuaciones de la Campaña Barcelona, posa't guapa
Restauración de fachadas interiores del edificio.
Precios y descuentos
Martes, miércoles, jueves y domingos de 19.30 a 4.30h. Viernes y sábados de 19.30 a 5h.
Más información
Tel.: 93 318 52 61
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