Terrassa, industrial i modernista
Los orígenes de la transformación industrial en Terrassa se remontan al primer tercio del siglo XIX y están relacionados principalmente con la expansión de la industria textil lanera. Las mejoras técnicas se inician con la introducción de la máquina de hilar (1832) y la máquina de vapor (1833), pero no mucho más tarde, a partir de 1845, se empezaron a implantar los telares Jacquard, pieza esencial en la expansión del sector textil. Este proceso se vio favorecido por la mejora de las comunicaciones y por la construcción de la carretera de Barcelona en 1845, pero de forma excepcional por la llegada del ferrocarril del norte en 1856, que comunicaba Terrassa con Barcelona, Manresa y Zaragoza. Esta nueva vía de comunicación permitió una fluidez de llegada de materias primas, como son el carbón y la lana, y también la salida de productos textiles elaborados hacia los mercados catalanes y españoles.
El urbanismo, la demografía y la sociedad también experimentaron grandes transformaciones. La villa de Terrassa se expandió más allá de la estructura medieval en dirección a la Estació del Nord y, lo que es más importante, rompió a principios del siglo XX los límites naturales tradicionales, la rambla del Palau y el torrente de Vallparadís.
La concepción habitual del patrimonio industrial incluye los edificios más emblemáticos, los que desarrollaron físicamente las actividades del proceso industrial. Cuando se trata del patrimonio industrial textil, son las chimeneas, los vapors (fábricas de tejidos) y los almacenes.
Terrassa es la ciudad en la que se conservan más elementos del patrimonio industrial textil, no tan sólo por los edificios reconocidos propiamente como industriales, sino por la urbanización y creación de una ciudad a partir de una estructura de villa medieval con todos los elementos que ello comporta. Todo esto se refleja en la organización urbanística de las calles, en la relación y ubicación de las fábricas, principalmente de tejidos, y almacenes, pero también en las viviendas de obreros -con todas sus tipologías y características- o en los servicios a la industria y a los ciudadanos, como, por ejemplo, la estación de ferrocarril, los bancos, el suministro de electricidad, el hospital, el mercado, los hoteles o las escuelas. E incluso en espacios tanto de suministro de alimentos y otros servicios como de ocio y diversiones como pueden ser tiendas, farmacias, estancos, cuarteles de bomberos, casino, centros recreativos o casals, coros, cines o teatros. También se puede observar en algunos de los elementos de mobiliario urbano o en las propias calles con adoquines, aceras de losetas, farolas y elementos eléctricos, y entradas de carruajes.
Actualmente, aún se conservan en Terrassa muchos de estos elementos industriales. Algunos de ellos son bastante interesantes individualmente, pero globalmente representan uno de los conjuntos de patrimonio industrial más destacados de Cataluña.
El Modernismo arquitectónico en Terrassa
El Modernismo arquitectónico en general se caracteriza por el predominio de la línea curva sobre la recta -el uso de arcos parabólicos y elípticos, la bóveda tabicada de bovedilla y los cantos redondeados-, la riqueza y el detallismo de la decoración, el uso frecuente de motivos vegetales y el dinamismo de las formas. El material más utilizado es el ladrillo visto, aunque el estuco y la piedra también están muy presentes, y también es frecuente el uso de la cerámica decorativa, el hierro forjado y los esgrafiados. Estos rasgos generales se aplican en Terrassa sobre todo en aspectos esencialmente prácticos y funcionales de uso de los edificios. Las decoraciones exteriores acostumbran a ser austeras, mientras que los interiores están delicadamente decorados: destacan los arrimaderos cerámicos, las vidrieras emplomadas y los trabajos de carpintería y cerrajería.
La exposición local en el Real Colegio Tarrasense en 1883 representó el inicio de la renovación de las artes plásticas en Terrassa. Este primer impulso facilitó la introducción de las nuevas corrientes artísticas que, importadas de Europa, llegaban a Barcelona: el Art Nouveau y el Modern Style. El punto culminante de este nuevo estilo modernista en la ciudad se alcanzó con la exposición del Palau d'Indústries (actual Escuela Industrial) en 1904, en la que destacó el apartado de las artes aplicadas. El artista tarrasense Joaquim Vancells y el barcelonés Alexandre de Riquer contribuyeron decisivamente a la difusión modernista en pintura y ornamentación en Terrassa.
La expansión y gran difusión de este estilo en la ciudad es, sin embargo, obra de los arquitectos Lluís Muncunill y Josep M. Coll i Bacardí, y, en segundo orden, de Melcior Vinyals y Antoni Pascual i Carretero. Estos profesionales, junto con constructores y artesanos, transformaron la imagen de la ciudad: edificios públicos, fábricas, almacenes y viviendas particulares. La transformación se produjo de forma paralela al desarrollo industrial y a la preocupación cultural y estética de la burguesía del momento. Este estilo perdura en Terrassa prácticamente hasta los años treinta, más allá de los límites tradicionales del movimiento.
De las primeras obras Art Nouveau en Terrassa, destaca por su calidad artística y estilo el proyecto del salón de actos del Instituto Industrial, con pinturas murales de Alexandre de Riquer (1901), que por desavenencias con la entidad acabó Joaquim Vancells (1904). De este proyecto se conserva la decoración de Vancells in situ, y el cuadro central, obra de Riquer, situado en el comedor de la Casa Alegre de Sagrera. Por otro lado, el polifacético Joaquim Vancells también nos ha dejado diversos proyectos de este estilo: el conjunto mobiliario del comedor y despacho de la Masía Freixa, las pinturas de la escalera de la Casa Alegre de Sagrera y el diseño global de la Confitería Vídua Carné. El afianzamiento del estilo modernista en Terrassa aplicado al patrimonio industrial está ligado al trabajo personal del arquitecto local más prolífico a lo largo de este periodo: Lluís Muncunill.
La ruta “Terrassa, industrial i modernista”
Esta ruta incluye los veinticinco edificios y monumentos más representativos de la ciudad, que dada su proximidad se pueden visitar en un paseo de medio día. La antigua Fábrica de Tejidos Aymerich, Amat i Jover, una de las más espectaculares fábricas de Europa y sede del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña, es obra de Lluís Muncunill (1907). Cuenta con una espectacular nave de 11.000 metros cuadrados, una sala de máquinas, la chimenea y las antiguas carboneras de la fábrica textil. Todo el conjunto muestra el mundo obrero e industrial de aquella época, para luego pasar a ver edificios que acercan a la vida cotidiana de la ciudad y de su burguesía. Hay que descender por la Rambla d'Ègara para llegar hasta el Mercado de la Independència (1906), de estructura metálica y con una destacable decoración en hierro forjado. Siguiendo por el Raval de Montserrat, se pasa por la antigua Confitería Carné (hoy Farmacia Albiñana), un ejemplo extraordinario de las artes decorativas modernistas; la antigua sede de la Sociedad General de Electricidad, transformada en restaurante, y el Ayuntamiento, un edificio de estilo neogótico (1903). El antiguo Instituto Industrial (actual Centro Excursionista) y el almacén Cortès i Prat (1897) son los edificios más destacados que se encuentran hasta llegar a la Casa Alegre de Sagrera. Este edificio (de principios del XIX, reformado en 1911, actualmente sección del Museo de Terrassa) fue la residencia de una antigua familia industrial y es una muestra de un estilo modernista muy ecléctico. En el interior destacan las pinturas de Joaquim Vancells y Pere Viver, la ebanistería, las vidrieras emplomadas, el acristalado y las grandes pinturas modernistas de Alexandre de Riquer, en el comedor. Es visita obligada el Gran Casino (1920), suntuoso edificio recientemente restaurado. Hasta llegar al edificio y jardines del Instituto Industrial (antiguo almacén Pasqual Sala, 1893) encontramos una serie de casas que conservan el espíritu de la Terrassa industrial de hace cien años: la Concepció Monset, la Baltasar Gorina, las casas de Cal Maurí (conjunto de viviendas modestas para obreros, uno de los pocos conjuntos que se conservan en nuestro país), etc. El Teatre Principal es otro elemento destacado en el recorrido por la Terrassa modernista. Se trata de un edificio monumental de 1911, actualmente en desuso. Antiguos almacenes y casas (almacén Francesc Roig, almacén Emili Matalonga, Casa Jacint Bosch, almacén Joaquim Alegre, almacén Torras...) nos acompañan en la ruta hasta la calle la Rasa, donde encontremos la antigua nave de la Fábrica de Tejidos Ventalló (reconvertida en espacio público y zona de viviendas, donde se ha integrado en una plaza porticada), la fábrica (1920) y el almacén Marcet i Poal (1914) y, por último la nave de la fábrica Izard (1921), espectacular edificación que se abre a la plaza Didó y actualmente es la sede de la Sala de Exposiciones Muncunill, situada en la antigua sala de tintes. La ruta finaliza en la Masía Freixa (1905-1910), en el centro del Parque de Sant Jordi, antigua residencia y también fábrica de la familia Freixa, obra de Lluís Muncunill.
Ayuntamiento de Terrassa
Como llegar
En tren: FGC, desde Plaça de Catalunya (Barcelona).
RENFE: línea C-4 desde Plaça de Catalunya (Barcelona) dirección Manresa. Por carretera: C-58, salida Terrassa-Centre.
Horarios
Ruta guiada (previamente concertada). Los sabados, excepto del 1 de agosto al 15 de septiembre y en el mes de diciembre. Duración aproximada: tres horas. Hora y lugar de encuentro con el grupo: 10.45 h de la mañana, frente a la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Terrassa.
Precios y descuentos
Descuento de la Ruta del Modernismo: 2x1 sobre la visita guiada, excepto la visita en la Masia Freixa que es gratuita.
Precio grupos y colectivos:
Visitas guiadas a la ciudad dirigidas a agencias de viajes, entidades, empresas, instituciones, asociaciones y otros colectivos. Cualquier día de la semana.
Pídenos tu visita a la carta! te enviaremos el itinerario de visita que mejor se adapte a tus necesidades.
Precios: 34,74 € por hora (visitas en catalán o castellano), 2,47 € suplemento por hora (visitas en idiomas) y 3,74 € suplemento por hora (visitas en festivos).
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Reserva previa. Hay que llevar auricular propio, o adquirirlo al inicio de la visita al precio de 0,60 €
Más información
Tels.: 937 397 019 - 937 336 369. Fax: 937 397 063.
turisme@terrassa.org
www.terrassa.org/turisme
Los horarios pueden sufrir variaciones, por lo que se aconseja comprobarlos previamente. Consúltese el descuento de la Ruta en el sitio web www.rutadelmodernisme.com o llamando al tel. 902 076 621.
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La Ruta del Modernismo de Barcelona es un itinerario por la Barcelona de Gaudí, Domènech i Montaner y Puig i Cadafalch, que, junto con otros arquitectos hicieron de Barcelona la gran capital del Modernismo. Con esta ruta podrá conocer a fondo impresionantes palacios, casas sorprendentes, el templo símbolo de la ciudad y un inmenso hospital, y también obras más populares y cotidianas como farmacias, comercios, tiendas, farolas o bancos. Obras modernistas que demuestran que el Modernismo arraigó con fuerza en Barcelona y que aún hoy es un arte vivo y vivido.
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