Ruta del Modernismo de Barcelona
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Bares y restaurantes modernistas
El diseño modernista hace revivir las artes decorativas porque la voluntad de los artistas es crear espacios únicos que integren todas las artes. De hecho, las artes decorativas se convierten, de alguna manera, en las difusoras del gusto modernista y transmiten a todo el mundo el nuevo estilo artístico. El nuevo lenguaje no se limita a las casas burguesas realizadas por los grandes arquitectos o a las grandes obras públicas, sino que pastelerías, panaderías, farmacias, espacios de ocio y bares y restaurantes se decoran de acuerdo con el nuevo lenguaje y son una muestra de la profusión de muchos artistas y artesanos anónimos que trabajaron según las nuevas tendencias. Los espacios más cotidianos se convirtieron en espacios para disfrutar de la nueva estética, y algunos han llegado hasta nuestros días prácticamente intactos. La arquitectura era la aglutinadora de las artes decorativas, tanto en las fachadas como en los interiores. Es el momento en el que se recuperan las técnicas artesanas autóctonas, uno de los factores que distinguen la decoración modernista de las diferentes ciudades de Europa en las que se desarrollaron los distintos movimientos de la corriente Art Nouveau.
Sabemos de la existencia de muchos bares y restaurantes, desaparecidos en la actualidad, que eran un ejemplo fascinante del lenguaje modernista como La Lluna o La Buena Sombra. Para elaborar esta guía hemos seleccionado catorce bares y restaurantes que se han mantenido prácticamente intactos desde su fundación o que han sido creados a partir de la recuperación de elementos modernistas de otros comercios que estaban destinados a desaparecer y que nos permiten disfrutar en la actualidad de una atmósfera de principios del siglo XX. En muy pocos casos se conoce el decorador o las personas que trabajaron en ellos: el campo de los decoradores y diseñadores de interiores de aquel entonces es un ámbito en el que todavía queda mucho por investigar.
Estos espacios tienen en común el uso de las artes aplicadas, como la cerámica decorativa en los arrimaderos o mostradores; los yesos en molduras para decorar, especialmente los techos; el mármol para barras, zócalos y arrimaderos; la ebanistería para hacer los aparadores (mueble en el que se concentra a menudo la decoración más naturalista); el uso del hierro forjado para decorar columnas, para las lámparas y los colgadores; y, por último, las vidrieras en las puertas y ventanas, que conseguían matizar la luz de los interiores. Todos estos elementos estaban decorados con motivos naturalistas, flores y hojas que se entrelazan o líneas sinuosas. La diferencia entre los distintos establecimientos suele deberse principalmente a la calidad de los materiales utilizados, ya que éste era un factor que venía determinado por el nivel económico y la cultura del propietario.
Aparte de estos ejemplos que les presentamos, si pasean por Barcelona todavía podrán encontrar bares que conservan alguna parte de decoración modernista. Éste es el caso, por ejemplo, de la granja que hay en la calle Palla número 4, que mantiene la puerta de madera con decoración floral muy similar a las que vemos en esta guía, o el Cafè del Centre, en la calle Girona número 69, con una decoración sencilla pero también de estética modernista.
Tampoco debemos olvidar que hay otros bares que, aunque no fuesen concebidos en aquel entonces para ser bares o restaurantes, cumplen, en parte, esta función: por ejemplo, la pastelería Escribà, en la Rambla, cuenta con un espacio reducido para tomar café que permite contemplar toda la decoración interior de la tienda; o la cafetería del foyer del Palau de la Música Catalana que, al estar situada en los bajos de un edificio obra de Domènech i Montaner, es emblemática del Modernismo catalán. En este edificio encontramos también el restaurante Mirador, abierto a finales de 2004 en una de las zonas de ampliación modernas proyectadas por Oscar Tusquets, con unas espléndidas vistas a la fachada lateral del Palau. Otro ejemplo es “La Pedrera de noche», nombre de las veladas que se organizan en el edificio de Gaudí en las noches de verano para combinar una visita al Espai Gaudí con música en vivo, en su espectacular azotea, mientras se toma una copa.
Los ejemplos de estos establecimientos nos ayudan a entender la importancia que tuvo el Modernismo en el uso social del arte: cómo los maestros de obra, artesanos y diseñadores supieron aplicar el nuevo lenguaje del Modernismo a los espacios más modestos de la ciudad; y cómo supieron también hacer que su oficio destacara entre las obras creadas por los grandes maestros del movimiento, como Gaudí, Puig i Cadafalch o Domènech i Montaner. Entrar en cualquiera de estos espacios es todo un privilegio.
Los establecimientos destacados
Para esta guía hemos hecho una selección de catorce bares y restaurantes que se han mantenido prácticamente intactos desde su fundación o que han sido creados a partir de la recuperación de elementos modernistas de otras tiendas destinadas a desaparecer y que nos permiten disfrutar en la actualidad de una atmósfera de principios del siglo XX:
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La Ruta del Modernismo de Barcelona es un itinerario por la Barcelona de Gaudí, Domènech i Montaner y Puig i Cadafalch, que, junto con otros arquitectos hicieron de Barcelona la gran capital del Modernismo. Con esta ruta podrá conocer a fondo impresionantes palacios, casas sorprendentes, el templo símbolo de la ciudad y un inmenso hospital, y también obras más populares y cotidianas como farmacias, comercios, tiendas, farolas o bancos. Obras modernistas que demuestran que el Modernismo arraigó con fuerza en Barcelona y que aún hoy es un arte vivo y vivido.
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